Ojos que no ven
Actualizaciones breves
El robot doméstico, Neo, se convirtió en el nuevo fenómeno viral: cuesta USD 20.000 y promete realizar tareas del hogar como doblar ropa o desplazarse por la casa. Toda una revolución si no fuera porque la mayoría de los movimientos de este prototipo son controlados por un operador humano. En definitiva, las Big Tech están construyendo “IA física”, que busca generar una interacción en el mundo real a través de máquinas autónomas, pero todavía necesitan trabajadores humanos para enseñarles a los robots cómo moverse.
▸▸ YOUTUBE / LOS ANGELES TIMES / 1X
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¿Los data centers no generan los empleos que prometen? En EE.UU. y Chile, las comunidades locales en busca de crecimiento que apostaron por atraer centros de datos descubren el mismo patrón: generan un altísimo consumo de energía y agua, pero muy pocos empleos permanentes. En Europa, el debate ya escaló: algunos gobiernos buscan frenar la expansión de data centers, mientras millones de personas no logran pagar la calefacción. ¿Si la energía es escasa, vale la pena esta carrera por la expansión de los centros de datos?
▸▸ WALL STREET JOURNAL / REST OF WORLD / GREEN WEB FOUNDATION / TECH POLICY PRESS
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California aprobó una ley que podría cambiar la forma de navegar en internet. La normativa exige a los navegadores que ofrezcan a los usuarios una “señal” de exclusión voluntaria para que los sitios web no compartan ni vendan su información personal mientras navegan. Es resumen: el cambio automatiza lo que hoy hay que hacer sitio por sitio para no ser rastreado. La medida podría fijar el estándar nacional, pues es más fácil implementarla de manera nacional que solo a los californianos.
▸▸ THE MARKUP
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La ONU aprueba el tratado de ciberdelitos, que viene con muchísima letra chica. Aunque se presenta como una herramienta para combatir delitos de carácter informático o digital, el acuerdo obliga a los países a colaborar en la investigación de cualquier crimen grave, incluso si ese acto no es delito en su propio territorio. El riesgo: convertirlo en un pacto de vigilancia que permita a gobiernos autoritarios perseguir periodistas, activistas o disidentes más allá de sus fronteras.
▸▸ TECH POLICY PRESS
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En Europa, crece la presión para suavizar el AI Act tras el lobby de grandes empresas tecnológicas y del gobierno de EE.UU. Evalúan dar a las empresas un año de gracia para cumplir las reglas más duras sobre sistemas de “alto riesgo” y retrasar las multas por transparencia hasta 2027. El argumento oficial: evitar que Europa pierda competitividad frente a EE.UU. y China.
▸▸ FT
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Dinamarca propone prohibir redes sociales a menores de 15 años. El anuncio refuerza la idea de que los daños digitales son cada vez más un asunto de salud pública.
▸▸ EURONEWS
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Un tribunal alemán falló que OpenAI no puede usar letras de canciones sin licencia. El caso podría influir en litigios similares sobre el uso de obras en el entrenamiento de modelos de IA.
▸▸ REUTERS
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OpenAI enfrenta la mayor ola de demandas hasta ahora. Siete demandas en California acusan a OpenAI de haber lanzado GPT-4o apresuradamente, con diseño “psicológicamente manipulador”. Las investigaciones documentan casos de usuarios que, tras largas conversaciones, desarrollan episodios psicóticos, ideas de misión casi religiosa o intentos de suicidio, mientras la propia OpenAI admite que cada semana cientos de miles de personas muestran signos de psicosis o ideas suicidas en sus chats. El caso abre una pregunta regulatoria: ¿los chatbots que se venden como compañía y apoyo emocional deben ser tratados como productos de riesgo para la salud pública?
▸▸ NEW YORK TIMES / BLOOMBERG / SMVLC
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Meta lucra (una fortuna) con anuncios fraudulentos. La empresa proyectó que uno de cada diez dólares ingresados en 2024 vendría de la publicidad de estafas, casinos ilegales o productos prohibidos. En vez de bloquear a todos los anunciantes sospechosos, la empresa a veces les cobraba más caro por publicar, lo que igual aumentaba sus ingresos. Según documentación interna, Meta muestra 15 mil millones de estos anuncios al día a los usuarios de sus plataformas. La compañía dice que está reduciendo el problema, pero existen límites internos sobre cuánto dinero está dispuesta a perder para combatir el fraude.
▸▸ REUTERS
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Colombia lanzó Bre-B (inspirada en Pix de Brasil), una nueva red de pagos digitales pensada para reducir el uso de dinero en efectivo e incorporar a millones de personas al sistema financiero. El Ministerio de Hacienda propuso aplicar un impuesto del 1,5% a todas las transacciones hechas por esta plataforma, lo que podría frenar su adopción.
▸▸ BLOOMBERG
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El auge de las apuestas deportivas es una crisis de salud pública. Desde que EE.UU. eliminó el veto federal en 2018, las apuestas deportivas pasaron de USD 5.000 millones al año a USD 150.000 millones. La mayoría de los usuarios no desarrolla adicción, pero millones de jóvenes quedan en una zona gris de juego problemático. Con apps que tienen el diseño y lenguaje de videojuegos y redes sociales, tales como apuestas en vivo, notificaciones y promociones personalizadas, la frontera entre “diversión” y “dependencia” se vuelve cada vez más difusa.
▸▸ STAT NEWS
Ideas para masticar
Los hilos invisibles de la automatización
El debut de NEO, el robot humanoide del momento, revela más de lo que muestra. En los videos promocionales vemos promesas de que transitará con fluidez y autonomía por la vida doméstica, mientras fuera de cámara hay trabajadores en el sur de India que pasan horas doblando toallas con una GoPro en la frente para que la máquina incorpore sus gestos. La escena es casi ciberpunk: generamos trabajo alienante y mal pago a cambio de robots que prometen dejar desempleada a la población más vulnerable.
El boom de la “IA física” acelera esta paradoja. Para que un robot entienda la fuerza o coordinación propia de las tareas humanas -habilidades que no se entrenan con la información disponible en internet- surgen dos nuevas industrias: arm farms, donde los operadores controlan robots a distancia para generar ejemplos de movimiento, y programas de captura humana que pagan por grabar acciones cotidianas dentro de las casas. La transacción sigue dando negativo para los humanos.
El mismo patrón se repite con todas las nuevas promesas tecnológicas: centros de datos vendidos como motores de empleo, que en realidad son bodegas casi vacías que consumen agua y energía; chatbots promocionados como compañía que esconden riesgos psicológicos; plataformas que anuncian entretenimiento y conexión humana mientras monetizan fraude, apuestas y contenido dañino. Lo que la tecnología simplifica para el usuario, lo complejiza para la sociedad que absorbe los costos: trabajo deslocalizado, impactos ambientales, daños de salud pública y modelos de negocio que crecen más rápido que cualquier regulación.
El mercado de robots humanoides proyecta alcanzar más de USD 38.000 millones en la próxima década. Los fondos de riesgo han invertido US$5.000 millones desde 2024, incentivados no por lo que los robots pueden hacer hoy ni podrán hacer mañana (es dudoso que NEO sea un mayordomo confiable, y la privacidad es otro problema), sino por la promesa de que “algún día funcionarán”.
La automatización se sostiene con hilos operados manualmente en territorios que no vemos. El futuro hiper automatizado se vende como progreso, mientras el daño social queda fuera de la ecuación. La pregunta nunca es solo tecnológica, sino también social. ¿Por qué insistimos en rodearnos de robots que reemplazarán el trabajo doméstico, de oficina o de servicios a costa de un daño social que apenas empezamos a medir?
▸▸ WP